Dicen que resulta casi imposible localizar un lugar en el que exista la tranquilidad necesaria como para conseguir dejar la mente en blanco. Esta noche he encontrado el mío, y todavía me causa cierta sorpresa la impresión que produce.
Tal vez sea un cúmulo de sensaciones, pero es algo realmente sorprendente, como rozar las nubes con las yemas de los dedos y entonces volver a la tierra, abrir los ojos, y seguir acomodada en su pecho, buscar su mirada, y que él ya la tuviera fija en ti, de esa forma tan especial, así como nadie lo había hecho antes...
Esa mirada, que hace que no pueda dejar de sentirme suya.
Es que me encanta de verdad! :D
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